y valor andaban compitiendo en el aumento de su poder y 
estimacion, llamados por Andronico Paleologo Emperador de Griegos, 
en socorro y defensa de su imperio y casa. Favorecidos y estimados en 
tanto que las armas de los Turcos le tuvieron casi oprimido, y temió su 
perdicion y ruina; pero despues que por el esfuerzo de los nuestros 
quedó libre de ellas, mal tratados y perseguidos con gran crueldad y 
fiereza bárbara; de que nació la obligacion natural de mirar por su 
defensa y conservacion, y la causa de volver sus fuerzas invencibles 
contra los mismos Griegos, y su Príncipe Andronico; las cuales fueron 
tan formidables, que causaron temor y asombro á los mayores Príncipes 
de Asia y Europa, perdicion y total ruina á muchas naciones y 
Provincias, y admiracion á todo el mundo. Obra será esta, aunque 
pequeña por el descuido de los antiguos, largos en hazañas, cortos en
escribirlas, llena de varios y estraños casos, de guerras continuas en 
regiones remotas y apartadas con varios Pueblos y gentes belicosas, de 
sangrientas batallas y victorias no esperadas, de peligrosas conquistas 
acabadas con dichoso fin por tan pocos y divididos Catalanes y 
Aragoneses, que al principio fueron burla de aquellas Naciones, y 
despues instrumento de los grandes castigos que Dios hizo en ellas. 
Vencidos los Turcos en el primer aumento de su grandeza Othomana, 
desposeidos de grandes y ricas Provincias de la Asia menor, y á viva 
fuerza y rigor de nuestras espadas encerrados en lo mas áspero y 
desierto de los montes de Armenia. Después vueltas las armas contra 
los Griegos, en cuyo favor pasaron, por librarse de una afrentosa 
muerte, y vengar agravios que no se pudieran disimular sin gran 
mengua de su estimacion y afrenta de su nombre. Ganados por fuerza 
muchos Pueblos y Ciudades, desbaratados y rotos poderosos ejércitos, 
vencidos y muertos en campo Reyes y Príncipes, grandes Provincias 
destruidas y desiertas, muertos, cautivos, ó desterrados sus moradores; 
venganzas merecidas mas que licitas. Thracia, Macedonia, Tesalia, y 
Beocia penetradas y pisada á pesar de todos los Príncipes y fuerzas del 
Oriente, y últimamente muerto á sus manos el Duque de Athenas con 
toda la nobleza de sus vasallos, y de los socorros de Franceses y 
Griegos ocupado su estado, y en él fundado un nuevo señorío. En todos 
estos sucesos no faltaron traiciones, crueldades, robos, violencias, y 
sediciones, pestilencia comun, no solo de un ejército colecticio y débil 
por el corto poder de la suprema cabeza, pero de grandes y poderosas 
Monarquias. Si como vencieron los Catalanes á sus enemigos, 
vencieran su ambicion y codicia, no excediendo los límites de lo justo, 
y se conservarán unidos, dilataran sus armas hasta los últimos fines del 
Oriente, y viera Palestina y Jerusalen, segunda vez las banderas 
cruzadas. Porque su valor y disciplina militar, su constancia en las 
adversidades, sufrimiento en los trabajos, seguridad en los peligros, 
presteza en las ejecuciones, y otras virtudes militares las tuvieron en 
sumo grado, en tanto que la ira no las pervirtió. Pero el mismo poder 
que Dios les entregó para castigar y oprimir tantas naciones, quiso que 
fuese el instrumento de su propio castigo. Con la soberbia de los 
buenos sucesos, desvanecidos con su prosperidad, llegaron á dividirse 
en la competencia del gobierno; divididos á matarse, con que se 
encendió una guerra civil, tan terrible y cruel, que causó sin
comparacion mayores daños y muertes, que las que tuvieron con los 
extraños. 
 
CAPITULO I. 
Estado de los Reinos y Reyes de la casa de Aragon por este tiempo. 
Antes de dar principio á nuestra historia, importa para su entera noticia 
decir el estado en que se hallaban las provincias y Reyes de Aragon, 
sus ejércitos y armadas, sus amigos y enemigos; principios necesarios 
para conocer donde se funda la principal causa de esta expedicion. El 
Rey Don Pedro de Aragon, á quien la grandeza de sus hechos dió 
renombre de Grande, hijo de Don Jaime el Conquistador fué casado 
con Gostanza hija de Manfredo Rey de Sicilia, á quien Cárlos de Anjou 
con ayuda del Pontífice Romano, enemigo de la sangre de Federico 
Emperador, quitó el Reino y la vida. Quedo Cárlos con su muerte 
Príncipe y Rey de las dos Sicilias, y más después que el infeliz 
Coradino, último Príncipe de la casa de Suevia, roto y deshecho, vino 
preso á sus manos, y por su órden y sentencia, se le cortó la cabeza en 
público cadahalso, para eterna memoria de una vil venganza, y ejemplo 
grande de la variedad humana. Don Pedro Rey de Aragon no se hallaba 
entónces con fuerzas para poder tomar satisfacion de la muerte de 
Manfredo y Coradino, ni después de ser Rey le dieron lugar las guerras 
civiles, porque los Moros de Valencia andaban levantados, y los 
Barones y Ricos hombres d Cataluña estaban desavenidos y    
    
		
	
	
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