tomó carta de naturaleza dentro 
de mi cerebro--por decirlo así--la idea de viajar. 
Hoy, que afortunadamente he visitado algunos paises, dando cumplida 
satisfaccion á mis aspiraciones, justo y hasta necesario es que concrete 
en un solo cuadro los recuerdos de mis excursiones. 
No pretendo escribir un libro: si la frase no estuviera gastada, yo 
llamaria á este epítome impresiones de viaje, pero tantos son ya los que 
así han bautizado á sus apuntes, que yo me aparto á toda prisa de 
semejante diccion y concluyo este mal hilbanado prólogo rogando al
lector que califique este trabajo del modo que mas cuadre á su gusto. 
Como quiera que sea, esta publicacion no es otra cosa que una galería 
de cuadros naturales tomados á la vista: los colores que empleo, 
tomados de mi pobre paleta, son débiles pero exactos. 
Y basta para un prefacio: era indispensable consignar que este libro no 
es hijo de la moda: si no me equivoco, lo he apuntado ya, y si no se 
entiende bien, sépase al ménos que yo he pretendido decirlo. 
 
#ESPAÑA#. 
La España, nuestra querida patria, tan calumniada por algunos 
extranjeros que con trivial ligereza han querido juzgarla, sin estudiar en 
modo alguno su estado actual, avanza rápidamente en el camino del 
progreso, y dentro de muy pocos años ocupará el importante rango que 
de hecho la pertenece en Europa. 
Cualquiera otra nacion del mundo que hubiera tenido que pasar por las 
duras pruebas que la nuestra, con sus revueltas políticas tan frecuentes, 
con sus inútiles gobiernos, con su fratricida y desoladora guerra civil de 
siete años, hubiera sido borrada de los mapas y fundido en cualquiera 
otra su deshecha nacionalidad. Nuestra querida patria, que á pesar de 
todo, ha guardado incólume hasta hoy su santa independencia, que vive 
vida propia, que trabaja y avanza y que toca ya las ventajas de un 
magnífico porvenir, ha probado al mundo con esta demostracion de 
pujante vitalidad propia, que se basta á sí misma y que merece ocupar 
un gran puesto en el congreso de los pueblos civilizados. Los dos altos 
y augustos sentimientos que viven en su corazon y la han conducido á 
salvo por en medio de tempestades y peligros, son el sentimiento 
religioso y el nacional: aquí amamos á Dios y á la patria; y estas dos 
poderosas virtudes que de luengos siglos poseemos, que guardamos con 
religiosa exactitud y que de seguro trasmitirémos á nuestros venideros, 
son dos poderosas palancas de porvenir y fuerza. 
Nuestra legislacion municipal, la mas rica, la mas libre, la mas antigua
de Europa, nos ha dado una educacion intrínsecamente democrática, 
que ha engendrado en nuestras almas el innato amor á la libertad. En 
vano se nos hablará de la dinastía austríaca que ha gobernado nuestra 
España con las formas del absolutismo: nuestros ilustres comuneros de 
Castilla, combatiendo los primeros del mundo en batalla campal contra 
la tiranía de los Reyes, son una soberbia y altiva protesta que nuestro 
carácter escribió en los campos contra todo lo despótico. Nuestras 
costumbres, prácticamente libres, no importadas de parte alguna, son 
las mas democráticas de Europa: y al decir esto, ni hablamos de 
memoria ni avanzamos una aseveracion dudosa. 
En nuestra vida de viajero y de diplomático hemos tenido ocasion de 
estudiar de cerca y con detenimiento las costumbres de las sociedades 
de Europa: en ninguna ni nunca hemos encontrado la admirable 
igualdad práctica de nuestra España, donde en rigor no existen clases: 
aquí, entre nosotros, lo mismo hoy que en tiempo del absolutismo, 
todas las carreras y dignidades del Estado han sido accesibles al pueblo; 
de sus filas han salido ministros, generales, obispos, estadistas, todo: 
hoy, como siempre, están abiertas á todas las clases de la sociedad 
española las carreras todas: no tenemos aristocracia de hecho: el clero, 
el pueblo, la nobleza, la clase media, se mezclan y confunden en sus 
reuniones, en sus enlaces, en sus actos todos de la vida pública y 
privada. Como nuestra educacion ha sido eminentemente democrática, 
nuestras costumbres lo son tambien, y de ellas ha brotado 
espontáneamente el sentimiento de amor á la libertad que tenemos; y 
amando á Dios, á la libertad, y á la patria, el filósofo y el estadista 
pueden regocijarse y estar tranquilos; nosotros no podemos morir y el 
porvenir es nuestro. 
Esto en cuanto á la España moral: ahora vamos á visitar, aunque 
ligeramente, la España que los extranjeros han descrito, la España de 
difíciles comunicaciones y de atraso material. 
Madrid, que hoy empieza á ser conocido en toda Europa, es una gran 
capital que de nada carece: cielo espléndido, sociedad finísima y fácil, 
vida literaria pujante y fecunda, once teatros públicos, donde tienen su 
templo todos los géneros de la comedia, la música y el drama: artistas,
literatos, filósofos, academias, museos: caminos de hierro á diferentes 
ciudades de importancia, abundancia    
    
		
	
	
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