Un viaje de novios, by Emilia 
Pardo Barzán 
 
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Title: Un viaje de novios 
Author: Emilia Pardo Barzán 
Release Date: December 28, 2005 [EBook #17406] 
Language: Spanish 
Character set encoding: ISO-8859-1 
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DE NOVIOS *** 
 
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Un viaje de novios 
Por 
Emilia Pardo Bazán
Pueyo 
Madrid 
1919 
 
Prefacio 
En Septiembre del pasado año 1880, me ordenó la ciencia médica beber 
las aguas de Vichy en sus mismos manantiales, y habiendo de atravesar, 
para tal objeto, toda España y toda Francia, pensé escribir en un 
cuaderno los sucesos de mi viaje, con ánimo de publicarlo después. 
Mas acudió al punto a mi mente el mucho tedio y enfado que suelen 
causarme las híbridas obrillas viatorias, las «Impresiones» y «Diarios» 
donde el autor nos refiere sus éxtasis ante alguna catedral o punto de 
vista, y a renglón seguido cuenta si acá dio una peseta de propina al 
mozo, y si acullá cenó ensalada, con otros datos no menos dignos de 
pasar a la historia y grabarse en mármoles y bronces. Movida de esta 
consideración, resolvime a novelar en vez de referir, haciendo que los 
países por mí recorridos fuesen escenario del drama. 
Bastaría con lo dicho para prólogo y antecedentes de mi novela, que 
más no exige ni merece; pero ya que tengo la pluma en la mano, me 
entra comezón de tocar algunos puntos, si no indispensables, tampoco 
impertinentes aquí. A quien parezcan enojosos, queda el fácil arbitrio 
de saltarlos y pasar sin demora al primer capítulo de UN VIAJE DE 
NOVIOS, y plegue a Dios no se el antoje después peor que la 
enfermedad el remedio. 
Tiene cada época sus luchas literarias, que a veces son batallas en toda 
la línea--como la empeñada entre clasicismo y romanticismo--y otras se 
concretan a un terreno parcial. O mucho me equivoco o este terreno es 
hoy la novela y el drama, y en el extranjero, la novela sobre todo. Reina 
en la poesía lírica, por ejemplo, libertad tal, que raya en anarquía, sin 
que nadie de ello se espante, mientras la escuela de noveladores 
franceses que enarbolan la bandera realista o naturalista, es asunto de
encarnizada discusión y suscita tan agrias censuras como acaloradas 
defensas. Sus productos recorren el globo, mal traducidos, peor 
arreglados, pero con segura venta y número de ediciones incalculable. 
Es de buen gusto horrorizarse de tales engendros, y certísimo que el 
que más se horroriza no será por ventura el que menos los lea. Para el 
experto en cuestiones de letras, todo ello indica algo original y 
característico, fase nueva de un género literario, un signo de vitalidad, y 
por tal concepto, más reclama detenido examen que sempiterno 
desprecio o ciego encomio. 
De la pugna surgió ya algún principio fecundo, y tengo por importante 
entre todos el concepto de que la novela ha dejado de ser mero 
entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, 
ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo 
estudio. Dedúcese de aquí una consecuencia que a muchos sorprenderá: 
a saber, que no son menos necesarias al novelista que las galas de la 
fantasía, la observación y el análisis. Porque en efecto, si reducimos la 
novela a fruto de lozana inventiva, pararemos en proponer como ideal 
del género las Sergas de Esplandián o las Mil y una noches. En el 
día--no es lícito dudarlo--la novela es traslado de la vida, y lo único que 
el autor pone en ella, es su modo peculiar de ver las cosas reales: bien 
como dos personas, refiriendo un mismo suceso cierto, lo hacen con 
distintas palabras y estilo. Merced a este reconocimiento de los fueros 
de la verdad, el realismo puede entrar, alta la frente, en el campo de la 
literatura. 
Puesto lo cual, cumple añadir que el discutido género francés novísimo 
me parece una dirección realista, pero errada y torcida en bastantes 
respectos. Hay realismos de realismos, y pienso que a ese le falta o más 
bien le sobra algo para alardear de género de buena ley y durable 
influjo en las letras. El gusto malsano del público ha pervertido a los 
escritores con oro y aplauso, y ellos toman por acierto suyo lo que no 
es sino bellaquería e indelicadeza de los lectores. No son las novelas 
naturalistas que mayor boga y venta alcanzaron, las más perfectas y 
reales; sino las que describen costumbres más licenciosas, cuadros más 
libres y cargados de color. ¿Qué mucho que los    
    
		
	
	
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