Reseña Veridica de la Revoluciòn Filipina

Emilio Aguinaldo
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Rese?a Veridica de la Revoluciòn Filipina?by Emilio Famy Aguinaldo

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Title: Rese?a Veridica de la Revoluciòn Filipina
Author: Emilio Famy Aguinaldo
Release Date: December 9, 2004 [EBook #14307]
Language: Spanish
Character set encoding: ISO-8859-1
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EMILIO AGUINALDO Y FAMY
RESE?A VERíDICA
DE LA
REVOLUCIóN FILIPINA
TARLAK (ISLAS FILIPINAS.)
1899
RESE?A VERíDICA
DE LA
REVOLUCIóN FILIPINA
RESE?A VERíDICA DE LA REVOLUCIóN FILIPINA
POR DON EMILIO AGUINALDO Y FAMY Presidente de la República Filipina.
TARLAK (ISLAS FILIPINAS.) Imprenta Nacional a cargo del Sr. Zacarías Fajardo 1899

=RESE?A VERíDICA= DE LA REVOLUCIóN FILIPINA
I.
LA REVOLUCIóN DE 1896
Espa?a dominó las Islas Filipinas por más de Tres siglos y medio, durante los cuales, abusos de la frailocracia y de la Administración acabaron con la paciencia de los naturales, obligándoles en los días 26 al 31 de Agosto de 1896, á sacudir tan pesado yugo, iniciando la revolución las provincias de Manila y Cavite.
En tan gloriosos días levantáronse Balintawak, Santa Mesa, Kalookan, Kawit, Noveleta y San Francisco de Malabon, proclamando la independencia de Filipinas, seguidos, á los cinco días, por todos los demás pueblos de la provincia de Cavite; sin que para ello existiera concierto prévio para ejecutar el movimiento, atraídos sin duda alguna por el noble ejemplo de aquellos.
Por lo que toca á la provincia de Cavite, si bien se circularon órdenes de llamamiento por escrito firmadas por D. Agustin Rieta, D. Cándido Tirona, y por mí, Tenientes de las tropas revolucionarias, sin embargo, no había seguridad de que fueran atendidas, ni recibidas siquiera; como en efecto, una de estas órdenes cayó en manos del espa?ol D. Fernando Parga, Gobernador Político Militar de la provincia, que dió cuenta al Capitán General Don Ramón Blanco y Erenas quién ordenó á seguida, combatir y atacar á los revolucionarios.
La Providencia que había se?alado sin duda la hora de la emancipación filipina, protegió á los revolucionarios; pues solo así se explica que hombres armados de palos y gulok, sin disciplina ni organización, vencieran á fuerzas espa?olas de Ejército regular, en los rudos combates de Bakoor, Imus y Noveleta, hasta el extremo de arrebatarles numerosos fusiles; lo que obligó al General Blanco á suspender las operaciones y tratar de sofocar la revolución por la política de atracción, pretextando que no le gustaba ?hacer carnicería en los filipinos.?
El Gobierno de Madrid, no aprobando esta clase de política del General Blanco, envió al Teniente General don Camilo Polavieja para relevarle del cargo, mandando al propio tiempo, tropas regulares de espa?oles peninsulares.
Polavieja con 16 mil hombres armados de Maüser y una batería de ca?ones, atacó á los revolucionarios, con energía; apenas reconquistó la mitad de la provincia de Cavite; y habiéndose enfermado, dimitió el cargo en Abril de 1897.
Relevado D. Camilo Polavieja por el Capitán General D. Fernando Primo de Rivera, éste anciano guerrero persiguió en persona á los revolucionarios con tanta firmeza como humanidad, logrando reconquistar toda la provincia de Cavite y arrojando á los rebeldes á las monta?as.
Entónces senté mis reales en la abrupta y desconocida sierra de Biak-na-bató, donde establecí el Gobierno Republicano de Filipinas, á fines de Mayo de 1897.

II.
EL TRATADO DE PAZ DE BIAK-NA-BATó
Don Pedro Alejandro Paterno estuvo várias veces en Biak-na-bató á proponer la paz, que después de cinco meses y largas deliberaciones, quedó concertada y firmada en 14 de Diciembre de dicho a?o 1897, bajo las bases siguientes:
1.a Que era yo libre de vivir en el extrangero con los compa?eros que quisieran seguirme, y habiendo fijado la residencia en Hong kong, en cuyo punto debería hacerse la entrega de los 800,000 pesos de indemnización, en tres plazos:--400,000 á la recepción de todas las armas que había en Biak-na-bató--200,000 cuando llegáran á 800 las armas rendidas y los últimos 200,000 pesos al completarse á 1,000 el número total de las mismas y después de cantado el Te Deum en la Catedral de Manila, en acción de gracias.--La segunda quincena de Febrero se fijó como tiempo máximo para la entrega de las armas.
2.a El dinero sería todo entregado á mi persona, entendiéndome con entera libertad con mis compa?eros y demás revolucionarios.
3.a Antes de evacuarse Biak-na-bató por los revolucionarios filipinos, el Capitán General Sr. Primo de Rivera me enviaría dos Generales del Ejército espa?ol, que permanecerán en rehenes hasta que yo y mis compa?eros llegásemos á Hong-kong, y se recibiera el primer plazo de indemnización, ó sean los 400,000 pesos.
4.a También se convino suprimir las Corporaciones religiosas de las Islas y establecer
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